Los traspiés de hacer campaña en español en EE.UU (Reportaje)
Barack Obama y Mitt Romney esperan que introducir un poco de español en sus campañas para las elecciones del 6 de noviembre en Estados Unidos les ayude a ganarse a los codiciados votantes hispanos. Pero ni el presidente demócrata ni su contendiente republicano hablan el idioma con fluidez.
Un presentador de radio cubano-estadounidense en Florida le preguntó tiempo atrás a Romney cuáles eran sus frutas preferidas.
Soy un gran fan del mango, la papaya y la guayaba", contestó.
La risa fue inevitable.
Aunque pueda no parecer especialmente gracioso que a Romney le guste la papaya, en la jerga cubana "papaya" es la palabra para vagina.
¿Quién, además de un cubano, podría saber eso?
Pero ese no fue el único desliz de Romney en español.
"Patria o Muerte, Venceremos"
El más notorio lo cometió hace cinco años, durante un apasionado discurso anticastrista en Miami.
"Al final del discurso el público estaba enardecido", recuerda Joe García, un cubano-estadounidense demócrata de Miami.
"Y concluyó con: ’Patria o Muerte, Venceremos’", que es el cierre de todos los discursos de Fidel Castro.
"Es una gran frase. Desafortunadamente para Romney fue la equivocada ante esa multitud".
Romney y Obama hicieron hace algunas semanas un intento por ganarse a los hispanos, que representan el 13% de la población de Estados Unidos y que -se espera- sumen el 23% para 2030.
Hablaron, en días distintos, en un foro en Miami transmitido por Univisión, la mayor cadena de televisión en español del país.
Romney prefirió hablar en inglés. Pero no es el único que en el pasado tuvo problemas con el español.
En 2007, el expresidente de la Cámara de Representantes y excandidato presidencial republicano Newt Gingrich emitió en YouTube una disculpa en español por haber dado a entender que ese idioma era un lenguaje de un "gueto".
Un año después, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, entonces precandidata presidencial del Partido Demócrata, le dijo a la multitud: "Sí, se pueda" en lugar de "Sí, se puede".
El error no fue tan grande. Sin embargo, el eslogan es una de las frases políticas estadounidenses en español más famosas, popularizada por César Chávez en la década de los años 60.
Precisamente esta semana, el presidente Obama, en un guiño de campaña a los votantes hispanos, nombró el hogar del célebre líder sindical mexicano-estadounidense como un monumento nacional.
Pero, ¿qué tanto importa que un político angloparlante tenga un mal acento en español, confunda algunas palabras o arruine un discurso?
Maria Young, originaria de México y votante de Obama en Denver (Colorado), dice que ella le daría "un par de puntos".
"Al menos lo intentaron (…) Estoy acostumbrada a las malas traducciones", agrega.
Martha Caban, de Puerto Rico, está de acuerdo: "Por lo menos nos están honrando y respetando e intentando hacer algo para conectar con nosotros".
"Puede ser ofensivo"
Pero Christine Marquez-Hudson, de Mi Casa Resource Center en Denver, una organización de promoción y apoyo a las familias latinas, dice que un mal español de un político que no habla el idioma puede sonar condescendiente.
"Cuando aparece alguien sin ninguna conexión personal y dice: ’Hola, bienvenido’, y lo dice con un acento realmente terrible creo que puede ser ofensivo", asegura.
Pero Marquez-Hudson no ve esto en Obama o en Romney y aprecia cuando el presidente usa su frase favorita en español, "Sí, se puede".
"Lo que pasa es que Obama era un líder comunitario y el ’Sí, se puede’ es un cántico comunitario. Esa es la conexión para mí".
Los candidatos presidenciales han usado el español en propagandas desde los años 60.
El presidente John F. Kennedy llegó a los votantes latinos con su campaña "Viva Kennedy". Y su esposa, Jackie, apareció en un anuncio advirtiendo de los peligros del comunismo hablando en un decente español.
Burlas y bromas
El presidente George W. Bush ganó aplausos por hablar español, aunque muchos también se burlaban de su acento de Texas.
Y el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se convirtió en objeto de bromas por sus intentos de hablar el idioma.
Entonces, ¿debe un candidato decir algunas palabras en español aunque corra el riesgo de hacer el ridículo?
"Yo inocularía a la audiencia", dice Diane McGreal, directora del programa de entrenamiento de la compañía de enseñanza de lenguas Berlitz.
"Empezaría diciendo que quiero disculparme por los errores que pueda cometer y luego diría unas pocas palabras".
"Entonces –agrega– el próximo paso sería pedir permiso para continuar en inglés y decir que es importante que el mensaje sea claro y se entienda".
Una forma de estar absolutamente seguro de que el español sea el correcto es grabar anticipadamente el mensaje.
"Soy Mitt Romney y apruebo este mensaje", dice el candidato republicano, perfectamente, al final de sus anuncios en español.
No ha sido el único esfuerzo del republicano en pos de ganarse a los latinos. Su hijo Craig, quien trabajó durante dos años en Chile, ha aprovechado su buen español para dar discursos y hacer campaña por su padre.
Entre los votantes hispanos, Obama tiene una considerable ventaja (el 67% votó por el en 2008 y algunas encuestas indican que esta vez el porcentaje podría ser mayor), y los latinos podrían inclinar la balanza a favor del presidente en estados clave como Florida y Nevada.
Nevada tiene un 27% de población hispana. Y recientemente no sólo recibió la visita de Craig Romney, sino que el propio mandatario dio un discurso acompañado de la banda mexicana Maná.
Esta semana ambas campañas lanzaron avisos de televisión dirigidos a este sector del electorado. Pero mientras Obama habló en español, Romney lo hizo en inglés, con subtítulos en español.
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